EntresueñoZzZ

donde esta mi posttttttttttt
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Primer día.
Desperté con la sensación de haber sufrido una larga pesadilla.
Sentado al borde de la cama, inmóvil: Ella se había ido.


Y quiero correr sin sentir mis pies. Flotar en nuestros recuerdos. Sentarnos al atardecer mirando el mismo paisaje, tocar tu mano, tocar el cielo, tu mano...
Arde el corazón esta mañana, tú ya no estás, pero estás, impregnada en estas paredes, tu sonrisa dibuja otra sonrisa en las grietas de esta habitación, colores dispersos atrapados en lápices de colores que alguna vez tomé para pintar un papel con tu nombre. Estoy aquí, y no quiero pensar en el mañana, ni pasado mañana, ni siquiera la tarde de este mismo día, ni la hora que está por venir, ni el minuto, no quiero pensar, el tiempo duele, sé que pasará lento, como una procesión acompasada a estas melodías, el paisaje adecuado, para el cuadro perfecto.
Y entonces imágenes vienen a mi y se van, el primer beso suspendido, el temor... la noche que lloramos juntos por temor a perdernos entre nuestros miedos.
La noche, las luces amarillas, la banca donde tomé su mano, fue la misma banca donde me dijo esto quedaba acá. Como si se dejara un auto en un estacionamiento, como si se dejara un terno en la lavandería, como si dejaras un paquete en medio de la calle. Como si dejaras un corazón en la banca, abandonado, castigado por el simple hecho de haber creído, de haberse enamorado, de haberse entregado. Lo dejamos acá.
Es un mal entendido, pero ella no lo entiende, no lo entiende y llora. Y me siento es ser mas torpe del mundo, el mas inútil. Mis manos hacen puño de impotencia, ella se va, voltea el rostro, se va. El orgullo es una pared invisible y ella no lo nota, trato de que entienda que seremos invencibles si dejamos que nuestros corazones determinen nuestros actos, trato de entrar, de mirarla, de ver ese brillo en sus ojos, pero voltea el rostro, se aleja, se va.

Parecía el último capítulo de una película sin final feliz, el último taxi por tomar, dejarla en la puerta de su casa, irme a otro lado de la ciudad solo por verla sonreir me sabía a recuerdo, duele la noche, duele verla alejarse en cámara lentra, ver como se pierde su figura en la oscuridad de la noche. ¿Lo dejo acá joven? me pregunta el taxista, tardo en responder y le digo que no, que me deje en el paradero siguiente. Caminé, sin querer llegar a casa, la calle llena de parejas que vienen de estudiar, gente que aún camina en esta ya madrugada. Esta calle, es esta misma calle por donde caminamos abrazados sin importarnos nada, donde me hacia gestos graciosos y yo en mi mente pronunciaba un Te amo. Te amo loca, eres mi chica, la que me hace cometer travesuras y escaparme a tu encuentro. Soñar despierto, entrar al cine y entre dulces y una palícula dormir en tu hombro. Intento, pretendo hacerte entender, que todas esas veces, lo menos importante era la película, me encantaba la idea de dormir a tu lado, de despertar y que lo primero que vea... seas tú.
No me arrepiento, como le dije, no me arrepiento de nada, y si tengo que hacer lo mismo por pasar por esos momentos lo volvería hacer mil veces.

No sé si ella llegue a leer esto, esto que debí escribir hace tanto. Entresueños, entresueños mencioné tu nombre y desperté al borde de la cama, inmóvil. Así empezó este día, día 1. Debo ser fuerte me repito. Debo ser fuerte, es el primer día y ya te extraño. Entresueños volveré acá y te escribiré, quizá así, si quiera un poco, te logre extrañar menos. Quizá.
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